Texto clave: “23 Gritarán de júbilo mis labios cuando yo te cante salmos, pues me has salvado la vida.” (Salmos 71:23)
Querido
hermano (a), me gustaría que te preguntaras esto hoy: ¿Cual es mi
motivación para adorar a Dios? Es muy importante que todo Cristiano haga
un análisis de su corazón con respecto a su motivación cuando adora al
Creador.
Hoy quiero abordar el tema acerca de la motivación para alabar a Dios, teniendo como fundamento el Salmo 71.
1) Tener una motivación correcta.
En
el Salmo 71, versículo 23, es clara la motivación del escritor para
adorar a Dios: “…pues me has salvado la vida”. Es impactante y
contundente la declaración del salmista ¡Que revelación tan preciosa y
crucial en la vida Cristiana! Cuan real sería la alabanza en nuestras
Iglesias, si en verdad entendiéramos el significado de ser salvos. A
veces nos olvidamos que el mayor milagro de Dios es la salvación, y no
sanar un cáncer, regalar un trabajo nuevo o muchos de aquellos etcéteras
materiales que tanto nos preocupan.
Es
por esto tan importante el mensaje de la cruz (1 Cor 1:18) que cuando
una iglesia no predica acerca de la cruz, automáticamente pierde el
poder del evangelio. En la cruz vemos una transacción increíble en donde
todo el juicio y sufrimiento que tocaba a nosotros fue derramado en
Cristo, para que todas las bendiciones que correspondían al cordero
estuvieran disponibles para nosotros. Una persona que realmente entiende
de cual basura colosal fue sacada a través de este sacrificio no se
puede quedar callada. Esa persona (asi como el salmista), cuando
contempla la bondad de Dios y la misericordia que le alcanzó, solo puede
gritar de júbilo, y darle gracias a Dios por su eterna fidelidad.
Tenemos que de verdad entender el milagro de la salvación, para así
tener una motivación correcta y como consecuencia experimentar una
adoración más profunda con el Señor.
2) No dejar que circunstancias adversas influencien nuestras motivaciones
En
ese salmo aprendemos que nuestras motivaciones no deben cambiar de
acuerdo con nuestra realidad del momento. El escritor anónimo de este
salmo, que se creen que fue David, no estaba viviendo un momento de gozo
y celebración cuando lo escribió. En realidad el escritor ya era un
anciano (Salmo 71:18) y en el versículo 20, nos deja claro su condición
adversa, “20 Me has hecho pasar por muchos infortunios, pero volverás a
darme vida; de las profundidades de la tierra volverás a levantarme.”
Además ante tantas adversidades el salmista se mantiene fuerte en su
confianza en Dios cuando exclama: “pero volverás a darme vida” (vs. 20).
El sabía que podía confiar en Dios (vs. 6). No dejemos que las
circunstancias endurezcan nuestros corazones, mas bien, transformemos
las circunstancias adorando al Señor y veamos como Él opera maravillas
en nuestras vidas (vs. 19).
3) No dejar que el mundo corrompa tus motivaciones
Vivimos
en tiempos increíbles en la iglesia de Cristo. Nunca en la historia de
la iglesia tuvimos tanta libertad para predicar y alcanzar almas como
ahora. Con el uso de los medios de comunicación ahora es posible
escuchar el evangelio en casi todas las partes del mundo. Al mismo
tiempo, esa misma tecnología que nos ha ayudado a propagar el evangelio
ha permitido el enemigo infiltrar en la iglesia. Con eso, el enemigo
intenta dañar las motivaciones de los cristianos haciendo de algunos
eventos cristianos más un “show” que realmente un instrumento de Dios
para transformación de vidas. Y como resultado directo, la motivación de
muchos artistas cristianos se torna en vender CDs y no de exaltar al
que es digno de toda gloria. En luz de esta realidad, tenemos que decir
lo mismo que dijo el salmista, “4Líbrame, Dios mío, de manos de los
impíos, del poder de los malvados y violentos.” (vs. 4). Tenemos que ser
una generación pura, que no permita al enemigo corromper nuestras
motivaciones. No podemos dejar que el enemigo nos haga olvidar que
adoramos a Dios por quien Él es y por su misericordia con nosotros. Si
tu eres un joven, busca amigos que quieren, nada más y nada menos, que
ver el bendito rostro del Señor! (2 Tim 2:22).
Si
sientes que tus motivaciones para adorar a Dios no están correctamente
alineadas, y que has perdido esa pasión por la adoración has una oración
ahora mismo y pídele al Señor que te de un corazón igual al de Él. Deja
que el Señor toque tu corazón y te de motivaciones nuevas y no te
olvides que la raíz de todo lo que hacemos para el Señor tiene que ser
el amor. Así podrás decir como el salmista dijo: “24 Todo el día
repetirá mi lengua la historia de tus justas acciones, pues quienes
buscaban mi mal han quedado confundidos y avergonzados.” (vs. 24).
¡Gracias por habernos salvado, Señor!
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